martes, 3 de abril de 2007
El descanso de la guerrera
Y, el séptimo día, descansó... (En un pacífico cementerio escocés, verano 2005)
Tenía que ocurrir. Esto es lo que pasa cuando una se vuelve loca y empieza a publicar fotos en este diario ciberespacial: he palmado (en el sentido poético, y no admito chistes verdefáciles con el verbo "palmar", bueno, aunque un chistecito con Palma, por lo de Mallorca y eso... ¡Basta!).
Se acabó, me despido para siempre de este medio, fue bello mientras duró (¿fue duro vello o sedosa pelusilla?)
Adiós y gracias
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